LA ENCAMISADA

http://laencamisadadejordi.blogspot.com.es/ LA ENCAMISADA..."PASA REVISTA A LA HISTORIA".

sábado, 4 de mayo de 2013

UNA PICA EN... ¿CORNUALLES?


No mucho tiempo ha pasado desde mi primera encamisada, de la cual hoy todavía curo mis heridas. Convaleciente aún, pero con las ganas que la inexperiencia procura, aguardo la próxima con la misma inquietud, pero con la serenidad que la experiencia proporciona, pues habiendo sentido el frío del acero en mi piel, resulta menos pesaroso encaminarse a su encuentro.
Cada día que pasa, se abren más y más frentes en la campaña en la que me hallo, siendo difícil distinguir cual será la más honrosa, o cual me procurará más lauros. Entonces como buen Rodelero, sigo las ordenes que mi ímpetu me dicta, dejando atrás las aspiraciones que un día me hicieron enrolarme al sonido de la caja.

Mi destino hoy se encamina hacia un gran hecho poco conocido, - la historia se encuentra llena de ellos -, pero a causa de la memoria intencionada de los países, o mejor dicho de sus gobernantes, quedan difusos u ocultos entre otros muchos de una inusitada importancia, haciendo de ellos una verdad imperecedera.

Creo que es hora de comenzar, para ello nos subiremos a la línea del tiempo que va desde el 1585 hasta 1604, periodo en que el Imperio Español se encontraba en constante guerra con Inglaterra, el Imperio Otomano, Francia,  las provincias rebeldes de Flandes, y como no, la incesante salvaguarda de sus provincias de ultramar.

Ya situados en ese lugar, todo comienza a oler a madera, acero y cuero, por cuanto como digo, era una época de guerra, sitios, batallas y tomas. Batallas que se libraban en tierra firme, pero que también se libraban  en el mar y en mayor medida - creo yo- se libraron en escritos, textos, libros y soflamas inteligentemente dirigidas a confundir y cambiar la realidad de los hechos, consiguiéndolo en ocasiones. 

La más conocida fue la mal llamada DERROTA DE LA ARMADA INVENCIBLE en 1588, calificada así por los ingleses para aumentar más conscientemente las proporciones de la derrota infligida a las naves hispánicas, ya que la armada fue inicialmente bautizada por su patrocinador Felipe II como la  GRANDE Y FELICÍSIMA ARMADA. Debió ser que la Grande, se les quedó Pequeña...en fin, esa es otra guerra.


Pero no, no voy a hablar de la Felicísima Armada como a mí y a Felipe II nos gusta llamarla...sino como dije antes, de un hecho menos conocido.

Diferentes historiadores británicos, han afirmado - no sin cierto alarde - que desde la invasión Normanda en 1066, ninguna otra tropa o fuerza extranjera había podido desembarcar en sus islas. Bien, sabemos que esto nunca lo consiguieron otros países o coaliciones, con una excepción, ESPAÑA.

Año 1595.

Sí, así es, Inglaterra fue invadida. Sus costas fueron tomadas por un puñado de soldados españoles, robados sus cañones, saqueadas y  quemadas varias ciudades. Pero todo esto ocurrió como les cuento a continuación.
Tras la llegada al trono de Francia del protestante Enrique III de Navarra, ni el Papa ni el Rey de España le reconocieron como Rey de Francia, por lo que Felipe II mandó tropas al país Galo. Inglaterra como enemigo natural de España y protestante, apoyó al monarca sobrevenido mandando también tropas. Fue entonces donde comienza la historia que les voy a contar...
Una vez más los intereses de estas dos naciones se enfrentaban, y como reacción, nuestro rey ordenó a Juan de Águila, organizar una operación de castigo contra Inglaterra.
Juan de Águila no era cualquier persona, o pudiera decirse que en el contexto de esa época sí lo era, puesto que hablamos de un tiempo de hombres de fortuna, honor y valentía, y cierto es que en España también eso abundaba y mucho. Para describirlo, solo citaré las palabras con las que fue presentado a Felipe II " Señor, conozca Vuestra Majestad a un hombre que nació sin miedo". Dicho y retratado queda.
El "hombre sin miedo", encomendó organizar la expedición a Amésquita, el cual reunió tres Compañías de Arcabuceros - que no serían mas de unos 400 hombres- y con cuatro Galeras (Patrona, Peregrina, Capitana y Bazana), el 26 de Julio partieron desde Blavet rumbo a Inglaterra, nada más y nada menos. Podemos imaginar a ese puñado de hombres navegando rumbo a Inglaterra, con la orden expresa de tomar sus playas, campos, ciudades y bosques, ah, y enfrentados a los elementos que siempre les fueron hostiles.
Antes de llegar a su destino, fondearon en Penmarch con la finalidad de aprovisionarse. Ya quedaba poco, así el  2 de Agosto, sin hacer ruido desembarcaron en la Bahía de Mounts (Cornualles) al sur de Inglaterra.  Todo esto ocurría ante la mirada atónita y aterrada de las Milicias inglesas, las cuales mayores en número, al ver fondear a los soldados españoles presas del pánico huyeron abandonando sus armas. Y es que no les faltaba razón, en esos tiempos la infantería española era la más temida, siendo muy recurrida ésta frase entre sus enemigos..."A los españoles por mar los quiero ver, porque si los vemos por tierra, San Jorge nos proteja".
De esta manera todo quedaba propicio para los hombres de Amésquita, los cuales en tan solo dos días que anduvieron por esas inhóspitas tierras, habían tomado y quemado las localidades de Mousehole, Paul, Newlyn y Penzance. Continuando su exitosa marcha, desmontando los cañones de varios Fuertes Ingleses, los cuales fueron convenientemente transportaron hasta sus Galeras. Mientras, se producían escaramuzas con grupos de ingleses que no fructificaban, gracias a la fuerte combatibilidad de los soldados españoles, veteranos en tantas y tantas batallas.
Ya ven mis asombrados lectores lo que sucedió en esas dos jornadas en tierra "hereje", la tierra que años anteriores no pudo abordar la mayor armada jamás vista, ahora con solo un puñado de hombres y cuatro Galeras quedaba ultrajada. Al final de la jornada, en todo un alarde de simbolismo, se celebró una misa católica, no sin antes jurar regresar a ese mismo lugar cuando Inglaterra fuera tomada, y construir una Iglesia.

Alcanzados los objetivos encomendados, embarcaron de nuevo rumbo a España, y una vez en alta mar se deshicieron de los  prisioneros lanzándolos por la borda. Una embarcación Inglesa les esperaba, con la intención de truncar su huida, y tras un combate breve, ésta fue deshecha por la artillería española. También el grupo de galeras, en su regreso tuvo que esquivar una flota de guerra comandada por Francis Drake y John Hawkins y enfrentarse a una flota Anglo-holandesa compuesta nada menos que por 46 barcos.
Como ven toda una proeza que únicamente se saldó con 20 bajas, todas ellas ocasionadas en el enfrentamiento con la flota anglo-holandesa, que unida a otras victorias dio la hegemonía a España tras el Tratado de Londres de 1604.

Acabada mi segunda encamisada, me retiro aún portando mis armas y la vida, que no es poco ¡pardiez!.


Por Jorge Hervás Gómez-Calcerrada.
  
LA ENCAMISADA..."PASANDO REVISTA A LA HISTORIA".














  















2 comentarios:

  1. Está claro que con estas encamisadas estamos aprendiendo mucho o un poco de nuestra historia, sigue en ese camino, que te seguiremos.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias amigo, agradezco enormemente tu comentario.

    ResponderEliminar